- Las obras tienen una base de licitación de 14,7 millones de euros que serán financiadas íntegramente por el Itacyl
- La modernización beneficiará a 1.683 regantes en una superficie afectada de 4.714 hectáreas
- El proyecto incluye la construcción de un parque fotovoltaico en el sector II, para favorecer la independencia energética de la Comunidad de Regantes
La Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, a través del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl), ha publicado la licitación de las obras del ‘Proyecto de modernización del regadío en la Comunidad de Regantes del Canal de la Margen Izquierda del Porma (León), Sectores II y III, Fase I-B’ por un importe de licitación de 14,7 millones de euros, con un plazo de ejecución previsto de 24 meses.
La superficie afectada por la actuación abarca 4.714 hectáreas, y beneficiará a más de 1.683 regantes en los términos municipales de Corbillos de los Oteros, Mansilla de las Mulas, Santas Martas y Villanueva de las Manzanas en la provincia de León.
Las obras contenidas en el proyecto se centran en la modernización del regadío de la Comunidad de Regantes de la Margen Izquierda del Porma, consistente en toma de agua, balsas de almacenamiento, electrificación de los sectores II y III e impulsión y riego del sector II. Está contemplada también la instalación de una planta fotovoltaica que dote de energía renovable a la estación elevadora, proporcionando independencia energética a la Comunidad de Regantes.
Las obras licitadas se ejecutarán en aplicación del convenio de colaboración entre el Itacyl y la Comunidad de Regantes del Canal de la Margen Izquierda del Porma, por el que la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural financiará de forma íntegra el total de las actuaciones contempladas en este proyecto.
Esta actuación refuerza la apuesta de la Junta de Castilla y León por la modernización de regadíos, que ha demostrado ser una potente herramienta de desarrollo rural, ya que estimula la inversión y proporciona beneficios energéticos y económicos para los agricultores, facilita el trabajo de los regantes y mejora la competitividad de sus explotaciones al poder diversificar los cultivos e incrementar sus producciones mientras optimizan el uso del agua y la energía reduciendo costes.