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martes 4 noviembre 2025

Atacan con ácido en la calle al militar cuya ex fue condenada en mayo por intentar asesinarle

  • La Subdelegación del Gobierno en León confirma que se está investigando el ataque con ácido que el exmilitar, ciego, sufrió el pasado 15 de agosto en Jiménez de Jamuz: “Aún no hay detenidos”
  • La expareja de la víctima fue condenada en mayo a 12 años y medio por intentar matarle en 2020 con veneno que escondió en una chocolatina que le hizo llegar a través de uno de sus hijos en común
  • La sentencia condenatoria de la Audiencia Provincial de León no se ha ejecutado y la agresora, de 39 años, continúa en libertad

La víctima de esta historia de terror es M., de 41 años. La víctima es un hombre que el viernes 15 de agosto fue atacado con ácido por una persona -¿una mujer?- ataviada con un traje epi. Agosto, 38 grados, media tarde, calles vacías en Jiménez de Jamuz. Él pasea y alguien muy tapado le arroja un ácido que le alcanza en rostro y pecho, causándole quemaduras importantes. Quien fuera que le arrojó el ácido a M. se fue corriendo. Él se zafó como pudo. La imagen del agresor (la investigación cree que era una mujer) ha quedado grabada en cámaras de la zona.

La historia es aún más terrorífica si contamos que la víctima, M., un hombre, no pudo ver hace diez días a quien lo agredió porque está prácticamente ciego desde que en 2020 su expareja, A. -una mujer- intentara matarle. La sentencia recoge que ella escondió una dosis letal de veneno en una chocolatina que hizo llegar a su expareja a través de uno de los dos hijos que tenían en común, un niño de 7 años. Él había decidido romper la relación a finales de 2019.

La salud de M., entonces un suboficial del Ejército del Aire a punto de entrar en la UME, empeoró progresivamente después de aquel fatídico 22 de junio de 2020. Sólo tenía un 2% de posibilidades de sobrevivir a un veneno comúnmente usado como raticida. Cojera, ceguera, deterioro cognitivo. Necesitó 705 días para curarse. Sobrevivió. Una resolución de noviembre de 2021 le dio la incapacidad absoluta.

Condenada a 12 años y medio de prisión y 822.592,85 euros de indemnización

Cinco años después de aquella agresión que dejó a M. secuelas irreversibles, la mujer que le reventó la vida, A., está en libertad, aunque en el mes de mayo de este año fue condenada por la Audiencia Provincial de León a 12 años y medio por asesinato en grado de tentativa. La sentencia, recurrida al TSJCyL, no se ha ejecutado: ella está libre.

La sentencia también fija una indemnización de 822.592,85 euros, la prohibición de aproximarse a menos de 200 metros de su expareja durante 22 años y 6 meses y la inhabilitación para el ejercicio de la patria potestad durante el tiempo de la condena de los dos hijos en común, entonces de 7 y 3 años.

La víctima de esta historia de terror que la ley dice que no es violencia de género continúa con su vida como puede. Con la fuerza que le dan sus hijos, las ganas de seguir adelante y un deporte que sigue practicando a menudo. “M. nunca se rinde, es un titán”, cuenta un amigo, “este fin de semana ha vuelto a competir y llegó al final de la carrera”. A pesar de los pesares (las quemaduras del pecho, las dificultades para caminar sin bastón, los daños neurológicos), M. Y los suyos confían en que la justicia haga su trabajo.

Estos días, la Guardia Civil ha tomado declaración a numerosos testigos en León para intentar esclarecer quién roció con ácido a M. hace unos días. Se han revisado cámaras, recabado testimonios y descartado vehículos. Se investiga cómo llegó a Jiménez de Jamuz la persona ataviada con un epi (equipo de protección individual) y un cartón, la que captan varias cámaras de la zona mientras huye, y si contó con ayuda de otra persona para llegar y huir del pueblo.

Familiares y amigos de la víctima se han volcado en redes sociales para mostrar su apoyo a M. y pedir colaboración a quien pudiera haber visto algo el 15 de agosto. “Pienso que M. es víctima de una sola persona, nadie más le haría daño“, escribe una mujer en internet en un grupo del pueblo, “espero que se recupere bien, y al culpable que lo apresen”. “Que los pillen pronto, sinvergüenzas”. Y así un sinfin de mensajes de impotencia, indignación y apoyo a un hombre fortísimo que sólo quiere vivir tranquilo con sus dos hijos. “Su afán de superación es infinito”, dice otro amigo, “cómo le admiro”.

La investigación del ataque con ácido continúa avanzando. La Guardia Civil quiere saber quién sería capaz de atentar contra la vida de un chaval muy querido. En el pueblo todos tienen claro hacia dónde deben apuntar las sospechas. “Da mucho miedo pensar que alguien con tanta maldad pueda estar en libertad”.

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