- La presidenta de AUPA, Camino Delgado, difunde un mensaje gráfico para visibilizar la presión de las cuotas y presenta un paquete de medidas para autónomos.
AUPA —Autónomos Unidos para Actuar— vuelve a la carga. Su presidenta, Camino Delgado, ha compartido una imagen tan directa como irónica: “Vendo riñón para pagar cuota. Autónomo sano”. No es un chiste: es la manera de resumir un malestar que muchos trabajadores por cuenta propia sienten cada fin de mes.
Con este mensaje claro: “Los autónomos no somos el saco roto del Estado”, la asociación, de carácter apartidista, defiende las mejoras laborales para asalariados, pero reclama que el coste no se traslade en bloque a microempresas y negocios unipersonales. “Cuando suben el SMI, reducen jornada o amplían permisos, el autónomo acaba cubriendo horas sin salario extra ni descanso”, denuncian.
¿Qué pide AUPA?
La organización plantea un paquete sencillo y muy concreto:
- Cuota cero o simbólica para quienes ingresen por debajo del SMI.
- Libertad para elegir base de cotización (como antes de 2023) para no frenar el crecimiento.
- Diferenciar por ley los perfiles de autónomos: sin empleados, con empleados, profesionales, microempresas… no es lo mismo.
- Ayudas y bonificaciones cuando se aprueben nuevas obligaciones laborales para que el Estado asuma su parte.
- Mejorar prestaciones (cese de actividad, bajas, conciliación y cuidados) con los mismos derechos que el resto de trabajadores.
La crítica de fondo: “regresividad disfrazada”
AUPA cuestiona el calendario de subidas de cuota y aporta una comparativa de tramos prevista para 2026. Según sus datos, quien menos ingresa paga proporcionalmente más:
- Hasta 670 € de ingreso: 217 €/mes (≈ 32,4%).
- 1.166–1.300 €: 302 €/mes (≈ 25,9%).
- 2.030–2.330 €: 428,53 €/mes (≈ 21,1%).
- Más de 6.000 €: 796,24 €/mes (≈ 13,3%).
Con esta fotografía, la asociación habla de “regresividad disfrazada” y pide ajustar el sistema para que no expulse a quien apenas llega a fin de mes.
Por qué ahora
El mensaje de Delgado busca reabrir el debate en un momento en el que muchos negocios asumen más costes fijos (energía, alquileres, materias primas) y notan la desaceleración del consumo. AUPA insiste en que no pide privilegios: reclama proporcionalidad y respeto para un tejido que sostiene miles de empleos y da vida a barrios y pueblos.