IGC (Independientes de la Guardia Civil) pone de manifiesto que a pesar de haber solicitado en repetidas ocasiones a la DGGC (Dirección General de la Guardia Civil) mediante los conductos reglamentarios que establece la Institución la dotación de uniformidad específica para climatología adversa para las unidades que prestan servicio en demarcaciones que superan los 1.000 metros de altitud o que sufren a lo largo del invierno temperaturas extremadamente frías.
“Hasta la fecha nadie ha tenido en cuenta ni en consideración con carácter general las
reivindicaciones realizadas por Independientes de la Guardia Civil”, apuntan.
Ropa insuficiente
Por parte de la DGGC se ha dotado de uniformidad específica para climatología adversa solo a determinadas unidades específicas de montaña, sin embargo, y pese a los continuos requerimientos, los guardias destinados en seguridad ciudadana en municipios donde la
temperatura es “congeladora” “continúan desempeñando sus cometidos profesionales a la
intemperie con la misma dotación de uniformidad que los guardias civiles destinados en
Canarias o Andalucía, entre otras”.
Los guardias civiles prestan servicio en todo el territorio nacional y para dar el servicio de
calidad que requieren los ciudadanos en la calle “se les dota de la misma uniformidad en
todo el país”. Debido al gran contraste térmico existente entre las distintas regiones de
España, consideran que no se puede dotar de las mismas prendas a los agentes destinados
en un lugar con temperaturas bajo cero que a los destinados en regiones con otoños e
inviernos suaves. “Una lógica que no aplica la Dirección General de la Guardia Civil, a pesar
de las constantes reclamaciones que reciben por parte de los agentes”.
Por ello desde IGC consideran que aquellos guardias civiles que realizan servicios en una
demarcación situada a más de 1.000 metros de altitud o que sufran a lo largo del invierno
temperaturas extremadamente frías necesitan unas prendas adecuadas de forma exclusiva
para el trabajar bajo situaciones climatológicas extremas.
Con la llegada de los primeros temporales de agua, nieve y frío, que están dejando aislados
a pueblos y dejando a muchos ciudadanos en situación de apuro, “no se puede permitir que
los guardias civiles encargados de prestar su auxilio se enfrenten a estas duras situaciones
sin una prenda impermeable, abrigada y sin capucha para la lluvia”.
La alternativa más habitual a la que recurren los agentes es forrarse con múltiples capas
“como si de cebollas humanas se tratase” con la uniformidad que se les facilita, y que en
ocasiones es incompatible entre sí “porque la que protege algo del frio no es impermeable y viceversa”.
En palabras de los propios agentes han relatado que “si a todas estas capas, que según la
propia Aministración consideran suficiente para combatir las inclemencias meteorológicas
adversas, le sumamos el resto de material operativo que debemos utilizar cada agente
durante el servicio (chaleco, cinturón, armamento, etc…), “hace que la realización de nuestro trabajo sea una odisea porque prácticamente no podemos ni movernos para ayudar a un ciudadano a poner unas simples cadenas a su vehículo”.
La “austeridad” en las prendas de abrigo de los agentes se observa incluso en los guantes de dotación, de forro polar, “material que a la media hora de servicio en los días de nieve o
lluvia se calan por completo”. Asimismo, la prenda de dotación para la cabeza “es una simple gorra con visera, muy útil para los días de sol, pero totalmente inservible en días fríos, dejando las orejas a la intemperie con temperaturas bajo cero”.
A todas estas deficiencias en la dotación de uniformidad para climas extremos se suma que
de forma recurrente los servicios habituales son realizados en la vía pública durante 8 horas o más, entendiendo que la combinación de ambos extremos puede contravenir lo que indica el propio Real Decreto 179/2005 sobre prevención de Riesgos Laborales en la Guardia Civil.
Desde IGC no cesan en el empeño de solicitar aquello que consideran “necesario para poder realizar con seguridad el trabajo de los miles de guardias civiles destinados en localidades con climatología adversa y garantizar el servicio a la ciudadanía”.