Estamos en unos tiempos tan modernos, de tanta y tanta poscoronaviridad, que debe ser algo así como el culmen de la pos-verdad, que a duras penas queda tiempo para nada, y dentro de ese nada para festejos interpretativos del pasado y sus referentes arcanos.
Aquí, en nuestro derredor amplio, todo va para adelante, en un todo muy cerífero, aún en la ausencia del preciso conocimiento de donde ubicar/situar/referenciar tal postura virtual e imaginable.
En el año 1506, el día 27 de junio, tiene lugar en la población de Villafafila -.- dentro del espacio territorial de la Corona Leonesa -.- una xuntanza de tintes políticos de la época -.- la llamada de los Reyes Católicos -.-, que ha pasado al proceso histórico con el nombre de “Concordia de Villafafila”.
Esta Concordia de Villafafila tiene, en varias publicaciones, un relato adosado, que ha sido distribuido a lo largo de los años precedentes y que pudiera contener, en sí mismo, otras posibles interpretaciones en atención a variadas situaciones que, en sus momentos, y por múltiples razones no se explicitaron.
Sabido es que la “Concordia de Villafafila” constituye, en sí misma, un suma y sigue de la “Concordia de Salamanca”, otra xuntanza política, -.- celebrada en la urbe leonesa de Salamanca en la fecha del 24-11-1505, y es a su vez un intermedio con la “Concordia de Benavente” -.- celebrada el día 28-6-1506 en tal población leonesa -.-.
Parece que en tales momentos de los días 24-11-1505, 27-6-1506 y 28-6-1506, el asunto de lo tratado en tales xuntanzas políticas era el mismo, y a sus derivaciones estaban atentos todos y cada uno de los reinos, condados y señoríos, tanto de Hispania como de otros lugares de la Europa de aquel entonces y hasta la hoy América, que en aquellos momentos del Siglo XVI. Entre otros, de más o menos enjundia, eran: Castilla, Aragón, León, Dos Sicilias, Navarra, Granada, Toledo, Valencia, Galicia, Mallorca, Sevilla, Cerdeña, Córdoba, Córcega, Murcia, Jaén, Algarve, etc., Condados: Barcelona, etc., Señoríos: Vizcaya, Molina, etc.,… {que están, en tales momentos, con sus respectivas territorializaciones y precisas delimitaciones que, al describir tales momentos se deben, a todos los efectos, tener referencialmente en cuenta}
Tales sucesivas xuntanzas tenían que ver, y parece que mucho, con cierto “Codicilio de Medina del Campo” (en la diócesis de Salamanca) que, en la fecha del 23-11-1504, es formalmente otorgado, por Isabel I de León, ante el notario Gaspar de Gricio -.- hermano de Beatriz Galindo “La Latina”-.-cuyo hijo Fernando fue apadrinado por el Rey Fernando-.- , de linaje hidalgo de la Corona Leonesa -.- ( y en presencia de cinco testigos), describiéndose en él, entre otros asuntos, la temática relativa al gobierno en los territorios peninsulares.{Tal y tan importante documento debía ser guardado, por expreso deseo real, en el Monasterio de Guadalupe (en el espacio territorial de la Corona Leonesa), situación que no se cumplió}
En tal preciado documento, tratábase de una enmienda en positivo (con diecisiete clausulas) del propio Testamento Real (otorgado en fecha de 12-10-1504, ante el mismo notario, y con siete testigos).Tal Notario, Gaspar de Gricio, es una persona clave en el Reinado de los Reyes Católicos, en realidad estamos hablando, en términos locuciones de actualidad, del primer Secretario de Estado para América (nombramiento que obtiene de los RR.CC. a fecha de 8-1-1504).
Gaspar de Gricio además de ser “amigo” y promotor de “El Hombre de Genova” (como lo fue aquel otro leonés ilustre, nacido en Toro, que respondía al nombre de Fray Diego de Deza -.- el que acostumbraba a pasear por las calles, siendo Arzobispo de Sevilla, acompañado de un león amaestrado). Tenemos que Gaspar de Gricio, según se documenta, era hijo de Juan López de Gricio y de Lucía Gómez; su padre, era oriundo de Zamora -.- donde había ejercido de escribano -.- y que, cuando se quedó viudo, tomó el hábito de San Agustín.
Vamos viendo como a cada paso, y en el incluimos la Concordia de Villafafila -.-como se podría incluir también la denominada “Vista de Remesal del 20-6-1506-.- , y otras muchas situaciones, se va entretejiendo una parte de nuestra historia que, en sus interacciones, afecta tanto a la Corona Leonesa como al resto de territorio hispánico, europeo y hasta americano, pero que también, y en nuestro criterio, se ha contado de otra manera, con otra finalidad y desde otros apriorísticos propósitos.
En los tiempos de la Transición (1975-1978), pareció en principio que la estructuración histórica narrativa de España tendría otras posibilidades expositivas de múltiple potencialidad, incluso se llegó a suponer que con el respaldo de la CE´1978 -.-en la data del 6-12-1978 -.-, ello tendría lugar, pero visto está que no es así y que, tras el frio de 1981-.- en pos de la cabalgadura continua de la alternancia -.- , todo se amuermallo otra vez.
No es de extrañar que la pos-verdad, el boom de aquel próximo ayer, ya parezca, que sí que lo parece, algo anticuado.
Francisco Iglesias Carreño
Del Instituto de Estudios Zamoranos Florián D`Ocampo
foto Isaac llamazares