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lunes, 2 diciembre 2024

La ULE celebra la festividad de San Isidoro de manera ‘virtual’

El domingo 26 de abril se celebra la festividad de San Isidoro de Sevilla, patrón de la Universidad de León (ULE). En esta ocasión, al coincidir la fecha en domingo se hubiera celebrado el viernes 24, tal y como había quedado dispuesto en el calendario académico del curso 2019-2020. La epidemia de coronavirus ha hecho que, por primera vez en su historia, sea preciso suspender el acto solemne que, en todo caso, será conmemorado de ‘manera virtual’, en espera de que pueda fijarse una fecha que en su momento será dada a conocer.

El Maestro de Ceremonias Honorífico de la ULE, Estanislao de Luis Calabuig, ha explicado que, tras la creación oficial de la institución académica leonesa por un Real Decreto de 30 de octubre de 1979, se nombró patrón a San Isidoro “por su estrecha relación con el Reino de León y con la ciudad, ya que en ella descansan sus restos en la Real Basílica que también lleva su nombre”. De Luis comenta que dicha celebración “representa una originalidad de la ULE con relación al conjunto de las universidades españolas” y, además, constituye “uno de los actos académicos solemnes ordinarios de mayor importancia, junto al de Apertura del Curso y al de Investidura de Doctores Honoris Causa”.

‘San isidoro’ es un día festivo y de alegría para todos los que forman parte de la ULE, porque es la jornada en la que se entregan los Premios Extraordinarios de Doctorado, así como las Distinciones Honoríficas a quienes han cumplido 25 años de servicio en la institución, y también las que se otorgan a los miembros de la comunidad universitaria que han alcanzado la jubilación. 

De forma habitual el acto comienza todos los años a mediodía en el Aula Magna San Isidoro del Edificio del Pabellón de Gobierno (Avda. Facultad de Veterinaria nº 25), con la presencia de numerosas autoridades y representantes de las principales instituciones (Ayuntamiento de León y de otras localidades, Diputación Provincial, Consejo Comarcal del Bierzo), así como de los colegios profesionales y de los ámbitos empresarial, militar y eclesiástico.

La festividad es importante para los nuevos Doctores que son investidos, y especial sin duda para quienes recogen los premios del Consejo Social a la Innovación en la Enseñanza, los de Laboratorios SYVA, la Federación de Empresarios Leoneses (FELE), Vitatene, Gadea Biopharma, las Fundaciones (Chicarro-Canseco Manciella, Carolina Rodríguez, Hermanos Fernández Picón, Santos Ovejero del Agua y CEPA), y también las que conceden los Colegios Oficiales de Veterinarios, Abogados, Procuradores, Enfermería, Ingenieros Técnicos Agrícolas, Graduados Sociales y Geógrafos.

La jornada sirve asimismo para entregar las distinciones honoríficas para el Personal Docente e Investigador (PDI) y para el Personal de Administración y Servicios (PAS) que ha cumplido 25 años de servicios en la institución. 

También se otorgan a quienes se jubilan, y se recuerda y homenajea a los fallecidos, entregando un obsequio a algún familiar o persona que acuda en su representación.

UN ACTO SENCILLO, PERO DE GRAN SOLEMNIDAD

De acuerdo con el ‘Reglamento de Protocolo, Símbolos, Honores y Distinciones de la ULE’, se distingue en el apartado de ‘Distinciones y Condecoraciones’ entre Medalla de la Universidad y Medalla de San Isidoro, y se explica el objetivo del reconocimiento, la descripción y los detalles formales, así como indicación de las personas o entidades que pueden ser merecedoras de tal honor. 

Especialmente curioso y emotivo es el momento en el que se procede a investir a los nuevos doctores, lo que se hace con cinco (elegidos preferentemente entre los merecedores de los Premios Extraordinarios), que actúan en representación de todos los demás. El ceremonial de la investidura tiene una gran transcendencia y su protocolo es, en palabras de Estanislao de Luis, “a la vez sencillo y solemne, centrándose en los dos símbolos fundamentales del máximo grado académico: la medalla como distintivo de incorporación al Claustro de Doctores de la Universidad; y el birrete como expresión externa del conocimiento alcanzado y reconocido”. Se complementa con el abrazo que los cinco dan a sus padrinos, que representan todo el claustro de la Universidad y que es una señal de bienvenida a esa nueva condición.

Esta vez todos ellos tendrán que esperar a que se haya superado la situación, y que el retorno a la normalidad haga posible celebrar esta bonita tradición de la universidad.

 

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