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jueves, 20 marzo 2025

Mujeres

                           Hay una historia que no está en la historia 
                     y que sólo se puede rescatar aguzando el oído 
                     y escuchando los susurros de las mujeres.» 
                                                    Rosa Montero
En mi casa somos mayoría.
En mi pueblo, en la ciudad,
en el país, en el continente
y en el mundo también.
Hoy la mayoría es una voz
que habla a través del tiempo
por todas las que apagó el silencio.
Nos componen los nombres olvidados
de las mujeres que debemos rescatar.
Aquellas que callaron
y sólo pudieron claudicar.
Las que se atrevieron a ser
y tuvieron que pagar por ello.
Rescatemos a las que se escondieron
detrás de otro nombre
porque escribir las convertía en prostitutas.
– La desnudez libre de la mujer,
siempre prohibida. –
A las que empujaron hacía delante la medicina
y tuvieron que compartir el mérito.
A las que sólo reconocieron
su trabajo porque un hombre quiso hacerlo.
A las que vieron como otros robaban su investigación.
A las que esculpieron con el corazón roto
y su mundo no les creyó.
A las que fueron artistas encarceladas
porque otros las decidieron musas.
A la hermana de la madre de mi abuela
que tuvo la valentía de tener un hijo sola.
A mi abuela, que siendo señorita,
se ponía los pantalones debajo de la falda.
A las que quisieron ser escuchadas,
a las que no cedieron, a las que soñaron
y se cumplieron.
A las que hicieron lo que quisieron,
se vistieron cómo quisieron
y se casaron con quién quisieron.
A las que acusaron, encerraron
y trataron de locas.
A las que acusaron, encerraron
y quemaron por brujas.
A las que alzaron los puños en alto
para defender su derecho
y a las que sólo pudieron desaparecer.
A las que amaron y regalaron su talento.
A las que fueron humilladas,
maltratadas, insultadas,
despreciadas y calladas.
A las que se fueron sin saber
que el tiempo sabría devolverles
el mérito, el poder y la razón.
A las musas que decidieron hacer arte.
Ahora nuestras voces se oyen más alto
porque en cada una
habita la palabra de otras diez.
Por mí y por todas las demás.
Grita,
grita hasta que todos lo oigan.
Grita hasta que la respuesta
sea sincera y para todos la misma.
Mujer,
grita,

                                                              siente tu lugar, tu poder, tu libertad y tu vida.
                                                                            Andrea Valbuena  poeta 

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