- Esta mañana ha tenido lugar la misa-funeral oficiada por el obispo de León en el polideportivo de Villablino para despedir a los cuatro mineros fallecidos el lunes en la mina de Cerredo
- Más de cuatro mil personas en un abarrotado último adiós a las últimas víctimas de mina en la cuenca asturleonesa
- No ha faltado un desolador canto a ‘Santa Bárbara Bendita’ personalizado con los cinco mineros fallecidos en Cerredo
- “Os vais haciendo tanto ruido como la pólvora cuando estalla”, leyó la hija de unos de los mineros en sus palabras de despedida
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Amadeo, Iban, Jorge y Rubén ya descansan en paz después de haberse convertido tristemente en las últimas víctimas de la minería en Laciana. Esta mañana, sus familiares, amigos y vecinos han acompañado sus restos en el último adiós en una misa que ha tenido lugar en el polideportivo municipal de Villablino que desde ayer se ha convertido en capilla ardiente.
Más de 4.000 personas tanto dentro como fuera del polideportivo han escuchado atentamente la misa que ha oficiado el obispo Luis Ángel de las Heras. Los de fuera han podido hacerlo gracias a la megafonía instalada para tal fin, y fuera también se han quedado las autoridades de León, Castilla y León y Asturias, entre quienes también se encontraba la ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Sara Aegesen, que ya ayer estuvo presente en el funeral de David, en Torre del Bierzo.
El silencio, el respeto y la abrumadora asistencia de vecinos de la comarca han sido los protagonistas de una impactante jornada que completa los dos días de luto. Tres contando el día en el que todo volvió a cambiar, el lunes, cuando los cinco mineros leoneses morían en la mina asturiana de Cerredo, en Degaña.
Estremecedor dolor
La misa-funeral oficiada por el obispo de León ha terminado con el canto a Santa Bárbara, siempre estremecedora, personalizada con las cinco víctimas fallecidas en la mina de Cerredo. Especialmente duro ha sido el discurso de despedida de la hija de uno de los mineros, de Iban Radio, que sin poder contener el llanto ha dicho que no se podían ir de otra forma que no fuera conociéndose sus nombres en cualquier rincón de España y hasta el mundo, refiriéndose al alcance de la noticia de la tragedia.
“Os vais haciendo tanto ruido como la pólvora cuando estalla. No os vais sin que el mundo se entere, pero no es de extrañar, porque vosotros no sois de los que mueren en una cama de un Hospital. Habéis levantado la manta y ahora el país entero conoce vuestro nombre”. También ha tenido palabras para la virgen: “Santa Bárbara se equivocó, aunque no le culpo, porque yo también querría tener a los mejores a mi lado. A partir de ahora en nuestra mesa hay una silla vacía más y un vacío difícil de asumir, pero nos os enseñaron a ser fuertes, resilientes y a luchar hasta el final, aunque en su empeño de darnos siempre lo mejor no se daban cuenta de que lo menor eran ellos”, ha dicho entre lágrimas.
El obispo reconoció que “la familia minera está hoy herida y con el corazón roto”, de forma que “experimenta el dolor que quiebra el alma por la pérdida” de aquellos a quienes “han querido tanto en esta vida”. Pidieron por “Iban, Jorge, Rubén, Amadeo y David, a los que la mina llamó demasiado pronto”, y por “los gobernantes y políticos, para que en el centro de sus intereses pongan a las personas”.
Al término de la misa se ha producido uno de los momentos más emotivos. Los féretros con los cuerpos de Iban, Rubén, Jorge y Amadeo han salido en comitiva en brazos de sus seres queridos y han recorrido entre aplausos, emprendiendo marcha desde el polideportivo hasta la salida de Villablino. A continuación, cada uno de los mineros ha sido llevado por sus familias a su descanso definitivo.
Nueva página negra en la historia de la minería leonesa
Una vez reposen sus cuerpos las familias podrán descansar y llorar la pérdida de estas cuatro vidas, cinco junto con David, vecino de Torre del Bierzo que era despedido ayer en su pueblo. Un nuevo capítulo negro en la cuenca minera asturleonesa que todos ya creían olvidado y que ha vuelto a azotar de la manera más cruel.
Ahora es tiempo de depurar responsabilidades con las investigaciones en curso y esperar la pronta recuperación de los heridos que aún se recuperan en el hospital.