• Este complemento ideado para la lluvia está siendo el resguardo de muchos leoneses este verano ante las altas temperaturas

A modo de sombrilla pero sin serlo. La capital leonesa y sus alrededores viven un verano inusualmente caluroso, con temperaturas que superan holgadamente los 30 grados -incluso se acercan a los 40-, transformando calles y plazas en verdaderos hornos. Ante la escasez de sombras naturales en muchas zonas de la ciudad y la intensidad del sol, los leoneses han adoptado una inesperada pero efectiva medida: el uso masivo de paraguas para protegerse de los rayos solares. Lo que antes era un accesorio exclusivo para la lluvia, ahora es un imprescindible contra el sofocante calor.

Desde la emblemática catedral de León hasta los rincones de las zonas rurales, la estampa de personas caminando bajo la sombra de un paraguas se ha vuelto común este verano. No solo se ven los clásicos paraguas de lluvia, sino que también han comenzado a proliferar modelos específicos diseñados para repeler el calor. Estos paraguas, a menudo con una capa exterior de color claro o plateado para reflejar la radiación solar y un interior oscuro para maximizar la sombra, ofrecen un alivio considerable bajo el sol abrasador.

La innovación en estos accesorios se centra en materiales que minimizan la absorción de calor. Algunos incorporan tejidos con protección UV, mientras que otros utilizan revestimientos especiales que disipan el calor de manera más eficiente. La superficie exterior clara ayuda a desviar los rayos solares, mientras que el interior oscuro, al contrario de lo que podría pensarse, contribuye a reducir el brillo y a crear una sensación de mayor frescor y oscuridad, emulando una sombra densa.

La imagen de paraguas desafiando al sol de justicia se ha convertido en un símbolo de la resiliencia y el ingenio leonés frente a las altas temperaturas, que suele ser más propio de turistas de países asiáticos que desde siempre han sabido protegerse del sol y cuidarse la piel, y que ahora en León se está convirtiendo en una anécdota cada vez más recurrente.

Lo que comenzó como una solución práctica individual, se ha extendido rápidamente, ofreciendo un oasis portátil de sombra en un verano donde el mercurio no da tregua. Seguro que a partir de ahora te fijarás en ello o te unirás al club del paraguas contra el calor.