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lunes, 21 abril 2025

Ronda, Merlú y Tararú: el ancestral toque de Semana Santa que hermana a León, Zamora y Palencia

Sin duda, uno de los momentos más esperados de la Semana Santa en León es la Ronda que cada noche de Jueves Santo realiza la Cofradía del Dulce Nombre y que cuenta con mención especial en la declaración de interés turístico internacional de la pasión leonesa. Esta singular llamada a los cofrades a participar de la procesión de Los Pasos, cuyo origen se pierde en el tiempo, cuenta con dos hermanas gemelas e igualmente ancestrales en Zamora y Palencia, conocidas como Merlú y Tararú, respectivamente.

Para muchos expertos, esta ‘trinidad’ arrastra una génesis común, aunque parece imposible de asegurarlo por la falta de fuentes sobre sus orígenes. Lo que es evidente es que los tres toques tradicionales cuentan un sinfín de elementos compartidos que sirven para hermanar a las tres ciudades vecinas.

En la Ronda leonesa, tres hermanos ataviados con esquila, clarín y tambor, «y enlutados en sus respectivas túnicas, recorrerán las angostas rúas legionenses entonando su ya célebre y lastimero: ‘Levantaos hermanitos de Jesús, que ya es hora‘», según explica la Cofradía del Dulce Nombre.

Esta llamada a la gran procesión del Viernes Santo, que se repite al menos desde el siglo XVII, es también, simbólicamente, «un preludio y aviso del prendimiento de Cristo y de su posterior Pasión y Muerte» en el que cada instrumento cumple un rol: la esquila representado el prendimiento, el clarín significando el canto del gallo y el tambor destemplado como preludio de los redobles del patíbulo.  Incluso los sonidos de los tres instrumentos lanzan cinco tonos diferentes en alusión a las cinco llagas de Cristo.

Los ‘toques oficiales’ de la Ronda comienzan ante el Ayuntamiento y se repiten ante otras instituciones como el Obispado, la Diputación, la Delegación de Defensa y la Subdelegación del Gobierno antes de traslarse al domicilio del Abab. A partir de ahí, «durante toda la noche recorrerá la vetusta orbe, llamando una y otra vez a la vigilia, con el llanto amargo del clarín hecho oración, tres sombras enlutadas que, con la luna llena como única compañía, romperán el silencio de la madrugada, calle a calle, plaza a plaza, anunciando la traición al Hijo del Hombre».

La llamada del Merlú

Por su parte, en Zamora se conoce como Merlú a la tradición con la que la Cofradía de Jesús Nazareno vulgo Congregación llama a sus hermanos a participar en la procesión del Viernes Santo (y también a la Asamblea General).

En este caso, son hasta seis parejas de cofrades las que se reparten por la geografía zamorana corneta en mano y tambor al hombro durante la madrugada para anunciar el inicio de la procesión.

La devoción por la figura del Merlú es Zamora está muy arraigada también en el tiempo y hoy, junto con el Barandales, se ha convertido en un elemento icónico de su Semana Santa, con declaración de interés turístico internacional desde 1986. Incluso cuenta con un monumento en una esquina de iglesia de San Juan Bautista.

Los tres toques del Tararú

Tal y como en las anteriores, en Palencia también es tradición llamar a la participación de la Semana Santa (que cuenta igualmente con el marchamo de interés turístico internacional) con un toque singular. En este caso es el onomatopéyico Tararú, el que da nombre no solo a la llamada, sino también al curioso instrumento con el que se realiza: una corneta alargada que se asemeja a los instrumentos medievales.

El Tararú, que consiste en tres toques, dos cortos más graves y uno muy largo, es patrimonio de varias cofradías de la ciudad, por lo que se repite durante varios días como inicio de diversas procesiones. También, a lo largo de algunos recorridos procesionales, el toque de tatarú se utiliza para subrayar algunos momentos especialmente emotivos, como el saludo a los pasos, el paso ante iglesias o la llegada a puntos emblemáticos.

Tararú es en Palencia sinónimo de Semana Santa y al igual que en León se conoce como ‘papones’ a los cofrades, en la ciudad castellana se habla de ‘tararús’ y una escultura en la entrada a la icónica plaza de plaza de San Pablo le rinde público homenaje todo el año.

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